La luz anuncia la llegada...

Aquel sujeto esperaba la llegada de los demas invitados, sabia que un nuevo autobus terminaria su parada de la semana dejando a todo aquel con invitacion en la entrada de la ciudad, su albor, detener a todo aquel que no poseyera una invitacion en mano al igual que cualquiera que estubiera causando estragos entre la multitud.

Una noche mas en el servicio

decia mientras sacaba sus esposas y las ponia a girar en sus dedos pasando el rato mientras llegaban ahi, se sentia algo impaciente por tanto esperar que incluso se sento en la acera mientras cerraba un poco sus ojos....la nocha aun no caia asi que el no se encontraba aun en servicio pero su labor y su pacion por la ciudad le tenia ahi parado esperando al menos una orden de algun superior.

... He despertado en un lugar extraño, al parecer a las afueras de una ciudad. Dos puertas grandes se alzan por sobre mi cabeza, reflejando a mis ojos el brillo insoportable del sol. No sé cuánto tiempo he estado inconsciente, no tengo fuerzas para levantarme... otro día cualquiera en Teknessi.

Mientras Alan yacía en el suelo, deshidratado y sin energías, se preguntaba que fuerza podría haberlo llevado a tal lugar, sin siquiera haberlo enfrentado. Pero ahora tenía otros problemas de cuáles preocuparse.
Pronto, Alan se da cuenta que ya no se encuentra en esa ciudad sombría y llena de maldad. Ya no estaba en Teknessi, ya no estaba en lugar alguno.

*Voz áspera* Aaaah.... Deboo... con...see...seguir... aaahh....aggguua...

Calcinándose bajo el ardiente sol de un desierto inexplicable, Alan intentaba mantener fuerzas mientras trataba de moverse hacia las extrañas puertas. No pasó mucho tiempo, cuando a lo lejos divisa un extraño autobus. Sin conductor, vidrios polarizados, nadie visible. Sólo un mensaje: viaje especial. Cuando el autobus estaba cerca de la entrada, las puertas se abrieron de una forma tan lenta, que hacía rechinar las enormes bisagras que la sostenían. Era un dolor de cabeza atroz.

Aa...yuudaa... - Fue lo único que pudo decir al ver entrar el autobús a la extraña ciudad. Creyó que se quedaría ahí para siempre... un "siempre" que no duraría mucho.

Miraba como una extraña figura se mantenia apenas de pie sobre la calle, mirando extrañado hacia donde el se encontraba, se levantaba de la acera para estirar un poco el cuerpo que sse le habia entumecido debido a la espera, bostezo ys e hacerco hacia el autobus verificando todos ubieran llegado a salvo, miro a un costado mientras obserbaba que el individuo se encontraba aun mas serca de lo anterior, le alumbro con una linterna mientras aclaraba un poco su garganta

Bien no se como llegaste aqui sin el autobus pero, veo que fuiste invitado por el registro.....alan....ammm....sujeto con genes mutantes, vaya!!! un compañero, bien pasa adeante a sunshine....bla bla bla.....no estoy de humor ni en servicio asi que solo verifico tu llegada - decia mientras saca de su chaqueta unos paquetes y papeles que checaba firmando y tachando verificando todo estubiese en orden al momento de llevar nota a la comisaria o al cuartel de los raven.

Alan mira al encargado de vigilar la puerta con cierta extrañeza, pero más que nada provocada por la deshidratación.

-Qué rayos es éste lugar...

El calor lo había desorientado, la sed lo hacía alucinar y su constante jaqueca ya no daba para más.
El vigilante hizo un mínimo movimiento hacia Alan, pero la deshidratación y el cansancio combinados hicieron que Alan sufriera alucinaciones psicópatas... comenzaba a atormentarlo el Síndrome de Scalart.

-¡No me toques, adefesio! Con una actitud demencial y un instinto feroz, transformó su brazo izquierdo.



Y en menos de un segundo lanzó un golpe contra el vigilante.

Guiado por el simple reflejo este salto hacia atras cargando su brazo de aquella aura demoniaca, aquella estela roja que inbadia su palma por completo, miraba detenidamente al sujeto, parecia algo cansado asi que le lanzo una botella de agua que se encontraba serca mientras gritaba -Tomala antes de que mueras deshidratado -decia mientras se ponia en poscicion de firmes, la luz del dia estaba por ocultarse por completo mientras la sombra desaparecia poco a poco para dejarle lugar a la noche.

Bien estas en problemas - sonreia mientras se poscicionaba su pie izquierdo arrastrandolo al menos dos centimetros manteniendo su otro pie en su lugar, ponia su mano izquierda detras de su espalda y con su otra mano mantenia su guardia esperando el ataque para iniciar con su batalla.

Si cruzas de ahi, con la intencion de matar creeme, que te golpeare asta romperte el craneo. -haciendo enfacis en romperte pareciera que era lo que el mas esperaba en esos momentos.

No sintió ningún tipo de miedo ni intimidación, su condición actual le impedía pensar correctamente.

¡Todos los humanos sois iguales! Sólo quieren matar e imponerse frente a una raza incomprendida y débil! ¡Alardean de sus habilidades siendo sarcásticos y creídos, pero no se dan cuenta de lo estúpidos que son!

El vigilante sólo observó a Alan.

Esa ciudad arderá en cenizas en cuanto toda su gente pierda el control. No es nada más que negro pintado de blanco. Cruzaré esa puerta y espero no tener que volver a ver tu tediosa e imperdonable cara.

Alan modificó su brazo a la normalidad y se fue caminando a paso lento hacia las puertas. Corría una brisa de aire, que con ímpetu, levantaba el polvo del suelo, haciendo que la imagen de Alan a lo lejos, no sea mas que una simple mancha. La ciudad que lo acogería con una nueva vida, no era nada más que una vil copia de Teknessi, si es que pudiera haber algo más vil que su ciudad natal.
Ese trozo de papel lo había destinado a vivir en Sunshine City... para siempre.

Vaya pesado -decia mientras aquella estela de su mano desaparecia mescalndose con el viento, su sonrisa se borraba para cambiar a la de una mueca de seriedad.....el dia habia terminado y la noche daba paso a lo que era su labor, el cuidado y proteccion de la ciudad tanto como de sus habitantes.

Si tocas algo en estos momentos seras llevado a pricion, tenemos practica con algunos maggots......bien, tal ves no sepas que son pero de misma manera no sabes lo que te espera si causas estragos, el mundo es diferente aqui -se dio media vuelta y siguio su camino manteniendo una marcha recta en direccion hacia sus oficcinas donde reportaria la llegada de cada individuo, soltando un leve suspiro se perdio entre la espesura de la noche llebandose consigo la experiencia de aquella noche, un nuevo alborotador en la ciudad al cual mantendria al margen desde su llegada.

Alan se detuvo. El vigilante se dio cuenta de su respuesta y también volteó. Ambos quedaron mirándose, una gran distancia los separaba, pero la situación hacia parecer que ambos percibían la respiración del otro.
Antes que el vigilante dijera algo, Alan bajó la cabeza y dijo, con una voz cabizbaja pero firme:
¿Te has preguntado alguna vez como es el infierno? Yo no.

El vigilante lo miró de una forma que anunciaba una pregunta. Alan premeditó que sería algo como "por qué". Él respondió.

Yo lo veo todos los días y noches, porque mi mundo... mi vida, es el mismo infierno traido a la superficie.

Acto seguido, Alan mutó. Desplegó unas alas mal formadas. No estaban revestidas de piel, como si se hubieran quemado. Batió sus alas, pero no voló. Las usó como impulsos, para poder alejarse del lugar más rapido...

Escuchaba la voz distante de aquel sujeto, pero no le prestaba mucho atencion a sus acciones, el escuchar esa pregunta iso que sonriera un poco contestandoce a si mismo "el infierno que vivi no se compara con la salvacion que resibi aqui.....con el tiempo sabras de que hablo" se mantenia aun al margen de la situacion sin siquiera voltear a mirarle.

El resonar de las calles se escuchaba desde el lobby hacia aquella oficina, la ciudad comenzaba a resibir nuevos inquilinos mas estos no le interesaban tanto, el solo estaba ahi para pagar su deuda con aquel que le salvo la vida, que le dio un nuevo motivo por el cual vivir.